Salió sinvergüenza y cínico el síndico municipal

  • Julio Cesar Robles pretende apoderarse de terrenos del ayuntamiento

Política Tropical/Rubén García

Recién salió la versión que el Síndico de Bahía de Banderas Julio Cesar Robles Lima, fue descubierto por la misma presidenta municipal Mirtha Iliana Villalvazo Amaya de querer escriturar a su nombre las áreas de donación propiedad del municipio, dejando en claro que Julio Robles va de nuevo por el enriquecimiento personal de manera dudosa.

La historia no miente, Julio Robles llegó a la política con una mano adelante y otra atrás al inicio del VIII Ayuntamiento que presidió Héctor Paniagua. Por esas fechas, Julio Robles de oficio carpintero llegaba a la presidencia municipal con un automóvil Nissan Tsuru al que le fallaba el motor, la batería y las llantas ya lucían muy desgastadas. En esos días alguien cercano al presidente le dijo «no te preocupes ya llegaste a donde hay, pronto cambiaras tu carro».

Fue entonces que el regidor a los tres meses ya traía un carro del año y su carrera política comenzaba a mancharse, dicen aconsejado por Héctor Paniagua. Su paso por el octavo ayuntamiento fue muy gris como edil, pero abusivo en lo económico, acostumbraba levantar la mano en la sala de Cabildo a cambio de varias decenas de miles de pesos.

Julio Cesar Robles logró hacerse Síndico Municipal en Bahía de Banderas gracias al trabajo y lucha de otras personas, no por esfuerzo ni inversión personal y como es de cuna priista, desde que antes que diera inicio la XI administración municipal, Robles Lima ya amenazaba con prostituir su investidura y su voto, pero evidentemente no ha tenido aceptación.

La voracidad y desesperación por los excesivos gastos del síndico ha llegado al grado de visitar varias notarías en Bucerías con la finalidad de encontrar a uno que le ayude a escriturar las propiedades que tiene el gobierno para luego venderlas o fraccionarlas. Otra de las tropelías del descarado y soberbio síndico se supo cuando uno de sus clientes de su ferretería, asegura que quiso obligar a personal de la oficina de Obras Públicas para que incluyeran a su ferretería como un proveedor al cual deberían comprarle todo el material para las obras que realiza el ayuntamiento.

El petista Julio Robles actualmente títere de su propia corriente política, no quita el dedo del renglón, abusando de su investidura como representante legal del gobierno municipal en turno, primero averiguó donde y cuales propiedades tiene el ayuntamiento para poder señalar las menos llamativas y así con la complicidad de un notario, escriturarlas a su nombre. La contraloría municipal esta en espera de la confirmación de esta información para iniciar el juicio político en su contra.

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